¿Por qué me cuesta tanto seguir una dieta?
La obesidad desde una mirada más humana y psicológica
Mtra. Mariana Alvarez Aguilera
Muchas personas que viven con obesidad cargan no sólo con su peso corporal, sino también con el peso que implica a nivel emocional el ir arrastrando emociones como el enojo, la tristeza, desesperación, frustración, decepción, culpa, la autocrítica además del juicio social.
El saber por qué nos cuesta tanto seguir un plan alimenticio, lejos de ser una cuestión de “fuerza de voluntad”, es mucho más compleja. La obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial, y es importante mirarla desde un enfoque más realista, humano y psicológico.
Hay razones profundas e inconscientes en cada individuo que llegan a dificultar el apego a un plan de alimentación saludable que nos nutra y que además obtengamos beneficios como la pérdida de peso y grasa.
A nivel mental, se llegan a presentar pensamientos de “todo o nada”, el cual aparece cuando creemos que si no lo hacemos al 100%, ya no sirve de nada, dándonos permisos argumentarnos y justificarnos para no retomar y dar un reinicio otro día o el lunes de la siguiente semana.
- “Rompí la dieta con un pan… ya arruiné todo, mejor empiezo el lunes”.
- “Hoy no fui al gimnasio, entonces ya fallé, ya para que sigo”.
Muy importante recordar que es válido “equivocarse o fallar”, pero el verdadero problema es que se piensa que si se falla un día, o en un tiempo de comida, o en un momento determinado se invalida todo el proceso de aprendizaje y transformación.
Todos los procesos son únicos, individuales y nunca son lineales, un tropezón si es una caída, pero el verdadero aprendizaje es “¿Cómo volver a redirigirnos hacia la meta?”, reeducarnos y cambiar hábitos es un camino arduo, continuo y de mucha ensayo y error; justamente para saber qué es lo que más nos funciona de manera particular e individual. Es un camino de construcción, no de castigo.
Muchos individuos han aprendido a usar la comida para calmar el estrés, el aburrimiento, la tristeza o incluso la soledad, esto no termina siendo una crítica sobre cómo hemos construido nuestro comportamiento, no significa que es buen hábito o un mal hábito; sencillamente terminó siendo una estrategia que empleamos como supervivencia emocional que nos funcionó en ciertos momentos críticos y por ende seguimos repitiendo ese camino viejo pero conocido.
Las personas con obesidad suelen haber intentado múltiples dietas, rutinas y programas. A veces, desde muy temprana edad. Este historial puede generar una sensación de desesperanza aprendida, una idea de: “¿Para qué intento si siempre termino igual?”
Reconocer que no eres tú quien ha fallado, sino que quizá lo que no funcionó fue el enfoque, en InMa Care estamos seguros que este para que sea efectivo y sostenible a largo plazo radica en que dicho abordaje debe ser más humano, interdisciplinario y adaptado a las necesidades de cada persona.