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Nutrición y Psicología: el equipo que necesitas para cambiar tu cuerpo y mente.

Nutrición y Psicología: el equipo que necesitas para cambiar tu cuerpo y mente.

Mtra. Mariana Álvarez Aguilera

Psicóloga y psicoanalista

 México enfrenta una de las crisis más graves de salud pública: el sobrepeso y la obesidad. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2021), el 72.4% de los adultos mexicanos presenta exceso de peso, al igual que el 39.1% de los adolescentes y uno de cada tres niños en edad escolar. Estas cifras colocan al país entre los primeros lugares de obesidad en el mundo (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2024).

Este fenómeno no puede entenderse únicamente desde la perspectiva de la nutrición, sino también desde la psicología, dado que la relación con la comida está profundamente mediada por factores emocionales, sociales y culturales.

Los hábitos alimenticios son determinantes en la salud. Se estima que más del 40% de las decisiones diarias están relacionadas con la repetición de conductas automatizadas, más que con elecciones conscientes (Neal et al., 2019).

En México, el entorno facilita la consolidación de hábitos poco saludables. El país es el primer consumidor de refrescos en el mundo, con un promedio de 163 litros per cápita al año (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2023). Además, la ENSANUT (2021) revela que el 80% de quienes inician una dieta la abandonan antes de seis meses, lo que refleja la dificultad de sostener cambios sin acompañamiento psicológico.

Transformación: más que perder kilos

La transformación corporal implica un proceso que rebasa la pérdida de peso y demanda un cambio en la percepción de la comida. Tres elementos clave lo explican:

  1. Neuroplasticidad: la repetición de elecciones saludables refuerza conexiones neuronales que consolidan nuevos hábitos (Draganski et al., 2006).
  2. Motivación cultural: en México, la identidad alimentaria está vinculada a platillos tradicionales. Adaptar preparaciones con ingredientes locales (ejemplo: nopales, frijoles, maíz) permite cambios más sostenibles.
  3. Gestión emocional: el estrés es un factor que incrementa la ingesta emocional. México se encuentra entre los países con mayores niveles de estrés laboral en Latinoamérica (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE], 2022).

El reto mayor no es bajar de peso, sino mantenerlo. Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM, 2020) señala que solo el 18% de los pacientes mantiene la pérdida de peso a tres años.

En la población mexicana, el sostenimiento depende de tres factores principales:

  • Soporte familiar: cuando la familia apoya los cambios, la probabilidad de éxito aumenta hasta en un 60% (ENSANUT, 2021).
  • Flexibilidad alimentaria: las dietas restrictivas se asocian con mayor fracaso, mientras que la inclusión moderada de alimentos típicos favorece la adherencia (Sánchez-Castillo & Pichardo, 2020).
  • Accesibilidad económica: el 40% de los hogares reporta dificultades para adquirir frutas, verduras y proteínas de calidad (INEGI, 2022), lo que condiciona la alimentación diaria.

Los mensajes culturales interiorizados desde la infancia influyen en la relación con los alimentos, como el clásico “no dejes nada en el plato”. Estos patrones generan comportamientos automáticos en la adultez.

La práctica de alimentación consciente (mindful eating), aplicada en contextos clínicos en México, ha demostrado reducir atracones y mejorar la autorregulación (Cambridge et al., 2021). Esta estrategia fortalece el autoconocimiento, permitiendo distinguir entre hambre física y hambre emocional.

Por lo que la crisis de obesidad en México exige un abordaje interdisciplinario. La nutrición ofrece herramientas técnicas sobre balance y calidad alimentaria, mientras que la psicología proporciona estrategias para modificar conductas, gestionar emociones y sostener cambios a largo plazo.

En definitiva, transformar el cuerpo sin transformar la mente es insuficiente. El futuro de la salud en México dependerá de cómo logremos integrar nutrición y psicología para crear hábitos sólidos, culturalmente adaptados y sostenibles.

 

Referencias

  • Cambridge, V., Estrada, C., & López, M. (2021). Mindful eating en población mexicana: efectos en conductas alimentarias y regulación emocional. Revista Mexicana de Trastornos de la Conducta Alimentaria, 12(3), 45-58.
  • Draganski, B., Gaser, C., Busch, V., Schuierer, G., Bogdahn, U., & May, A. (2006). Neuroplasticity: changes in grey matter induced by training. Nature, 427, 311–312.
  • ENSANUT. (2021). Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 sobre Covid-19. Instituto Nacional de Salud Pública.
  • Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2022). Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022. INEGI.
  • Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2023). Estadísticas del consumo de bebidas azucaradas en México. INEGI.
  • Neal, D. T., Wood, W., & Drolet, A. (2019). How do habits guide behavior? Perceived and actual triggers of habits in daily life. Journal of Experimental Social Psychology, 82, 236-248.
  • Organización Mundial de la Salud (OMS). (2024). Obesidad y sobrepeso. OMS.
  • Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). (2022). Estudio de bienestar laboral en países de Latinoamérica. OCDE.
  • Sánchez-Castillo, C., & Pichardo, C. (2020). Adherencia a programas de control de peso en población mexicana. Salud Pública de México, 62(4), 389-396.
  • Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). (2020). Estudio longitudinal sobre pérdida y mantenimiento de peso en población mexicana. Facultad de Psicología, UNAM.
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